Art Noveau Fair Barcelona. Pere Milà i Roser Segimon, propietarios de la Casa Milà , la Pedrera(1910), Barcelona
Pere i Roser os mandan un cordial saludo desde la Pedrera y os agradecen vuestra amable visita a su casa.
Pere Milà era un seductor ,sin mucho fondo pero con bastante estilo .Milà amaba los automóviles. Tuvo uno de los primeros coches matriculados en Barcelona y, aprovechando que su tío era el alcalde, organizó la primera carrera de automóviles que se celebró en la ciudad. Otros de los quehaceres favoritos del amigo Pere era ir a lujosos balnearios de aguas termales que eran centros de animada actividad social y escenarios muy propicios para que las viudas que acababan de heredar, como Roser Segimon, y jovenes seductores encontraran alivio a su soledad o una dote que resolviera la vida. La afortunada coincidencia de la heredera y el seductor se dio en ese año de 1903 en el balneario francés de Vichy, donde contrajeron matrimonio en 1905.
Cinco años más tarde, el matrimonio comenzó a vivir en “la Pedrera”. Gaudí los demando por impago pues al parecer al matrimonio no le gustó nada el edificio, se negaron a que fuera coronado con la imagen de una virgen y el beato arquitecto acudió a los tribunales para poder cobrar más de cien mil pesetas que los Milà se negaban a hacer efectivas.
Pere Milà murió en 1940, su mujer, Roser Segimon le sobrevivió veintitrés años, residiendo en el piso de la Pedrera, un espacio de más de mil trescientos metros cuadrados. Vivió toda su vida en los decorados de Gaudi que no le gustaban, y los cambió por entero a la muerte del arquitecto en 1926 por un estilo muy convencional. A su muerte, y por indicación de ella, fue enterrada junto a su primer marido, Josep Guardiola i Grau. Parece que fue mucho más feliz con éste que con el conquistador Milà. El dinero heredado sirvió, además de para financiar la obra diseñada por Gaudì, para la reconstrucción de la plaza de toros Monumental, de la ciudad Condal, cuya obra fue inaugurada en 1916.